sábado, 25 de diciembre de 2010

Viaje y Quinta parada: Salerno - Roma - Pisa

Después de disfrutar de la costa Amalfitana, nos tocaba volver a Salerno para coger el tren y con los bártulos cargados, allá fuimos. Por delante nos esperaba una jornada realmente dura, y es que no nos íbamos a alojar esa noche en ningún sitio, únicamente en el tren de viaje.
El primer trayecto fue de Salerno a Roma Termini, tres horas de tren de poco dormir, la verdad.

Una vez llegamos a Roma, lugar de escala, cenar y proseguir el viaje. Tres horas más de viaje, esta vez incomodísimo, hasta llegar a Pisa.

El tren iba con retraso y al final llegamos a las 4 de la mañana del día siguiente. Sin dormir y con la espalda cargada, pretendíamos visitar Pisa, y así lo hicimos. A primera vista, viendo la estación y los alrededores a esas horas, nos pareció de lo más normalita.

Desgraciadamente, a las 4 de la mañana, la consigna estaba cerrada, y no había información de la ciudad por ningún lado, así que cargados como mulas y con un mapa sacado de la web nos pusimos a andar. Nuestro destino era la Piazza dei Miracoli y descansar contemplando el Duomo, el Baptisterio, y la archifamosa Torre Campanario de Pisa.
Pero de camino aprovechamos para dar un poco de vuelta y ver pequeñas joyas que tiene la ciudad. Entre ellas el mural del artista Keith Haring y la pequeña iglesia de Santa María della Spina colindando con el río Arno, río que más tarde nos llevará a Florencia.

Sobre las 5 de la madrugada llegamos a la célebre Piazza dei Miracoli, donde se podían distinguir en la oscuridad sus famosos edificios. No había un alma, solamente un coche con dos vigilantes en su interior, pienso que por si acaso pasa algo.

A medida que empezaba a clarear el cielo... la estampa era cada vez más hermosa. Pena de los andamios de la Torre de Pisa, que mala suerte tuvimos, pero bueno... estábamos un poco hechos a los andamios, viéndolos anteriormente en el Panteón de Roma. No estuvo mal para ser nuestro único amanecer de Interrail.
Aprovechando que no había un alma en la plaza y que nuestro cansancio era más que notable, con nuestra mochila de almohada y una toalla como manta, nos echamos un rato al suelo y dormimos un rato.
Cuando despertamos, inconscientes de la hora, ya empezaban a asomar los primeros turistas. Serían a eso de las 7 de la mañana. Nosotros un poco más despejados, recorrimos toda la Piazza, y con más ganas de dormir que ver cosas, nos pusimos en marcha hacia la estación y poder llegar lo antes posible a Florencia, nuestra siguiente parada.

Para resumir, describiría Pisa como una ciudad recomendable de visitar, parece pequeña pero no lo es tanto. Todas sus calles y edificios están muy bien conservados y el paseo por las orillas del Arno es precioso. Algo que me llama la atención, no solo de Pisa, si no de las ciudades italianas, es la escasez de espacios verdes. Pero bueno, Pisa es otra de las ciudades a la que me encantaría volver, pero con tiempo y sin sueño.

Y ahora, unos consejos que os vendrán bien.
- Si vais de Interrail y tenéis un trayecto asegurado, si es muy largo os recomiendo que reservéis asiento. En las web de las compañías ferroviarias de Europa, aparece una opción de tarifa Interrail, y será un pequeño suplemento, pero que os puede venir muy bien, ya que si vas en el tren sin reserva, y encima es nocturno, te va a tocar dormir en el suelo, y eso no es bueno. Ya si elegís asientos de ventanilla...podréis disfrutar de un viaje sin que nadie te moleste, ya que los trenes suelen ir llenos y la gente es muy inquieta.

- Tened en cuenta llevar siempre agua encima, ya que en los trenes hay para vaciar, pero no para llenar. Os podéis quedar secos a 2 horas de viaje del destino.

- Y recordad, las estaciones en Italia no son como en España. En Italia son de libre tránsito, pero si vais a subir a un tren, no os olvidéis de "picar" el billete, o ... en caso de que os pillen dar mucha pena al revisor :). No suelen ser muy malos, pero por si acaso.
Breve parada de nuestro viaje, un aperitivo para lo que nos esperaba en Florencia. Hasta pronto.

Siguiente Parada: Florencia I
Parada anterior: Costa Amalfitana - Amalfi

viernes, 24 de diciembre de 2010

Un ejemplo para todos: William Kamkwamba

La última semana en la universidad antes de tener las vacaciones de Navidad, fue la mayoría de charlas, visitas y etc. Con la asignatura Accesos Digitales visitamos el parque tecnológico WalQa en Huesca, y allí, el directo del parque nos explicó todo lo referente al parque y a nuestro futuro como ingenieros.
La verdad que fue una charla realmente motivadora. Pero lo que más me marcó fue un vídeo que nos pusieron para fomentar el espíritu emprendedor que tenemos cada uno. Y que os lo dejo a continuación. Si tenéis problemas con el inglés siempre podéis subtitularlo.



Digno de admirar la humildad de este hombre, y cómo es capaz de dejar maravillados a un público eminentemente técnico.

Y sin nada más que aportar, desearos Feliz Navidad a todos y que los disfrutéis con los seres queridos, entre otros.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Cuarta parada: Costa Amalfitana - Amalfi

Llegamos a nuestra cuarta parada de nuestro viaje Interrail, la cual la decidimos pensando en.. ¿como en pleno verano no íbamos a pasar algún día a la playa? Así que dicho y hecho, nuestro próximo destino, la famosa costa Amalfitana.
Esa día hicimos noche en Salerno, una ciudad la mar de normal y que es el punto de partida de las rutas por la costa que queremos hacer., a solo 30 km de Amalfi. Madrugamos, para variar, y después de perder un autobús, embarcamos en el siguiente. El hecho de perderlo nos otorgó una hora de paseo por Salerno, pero no cambió mi pensar de ciudad normal.

Nuestro destino, Amalfi, capital de la costa Amalfitana y famosa por el Limoncello. El trayecto en el autobús fue un poco caótico, y es que la carretera era de impresión. Discurría por el borde de un acantilado con multitud de curvas sinuosas. Este trayecto lo haces por la noche y seguro que más de una niña de la curva ves.


A pesar de ello, las vistas eran espectaculares. Entre que el día nos acompañó y lo pintoresco del lugar, aquello era como ir al paraíso. Fuimos haciendo escala en varios pueblecitos costeros, Atrani, Maiori, Minori, etc. Hasta que llegamos a Amalfi. Allí el autobús se vació y madre mía, turistas por doquier, montones de tiendas de recuerdos, y hoteles a pie de costa con su parcela de playa privada.


Entonces pensé que me hubiera gustado conocer Amalfi 40 o 50 años atrás. Pero bueno... directos a la playa fuimos.
Bueno playa... porque playa, no es que fuera muy extensa. Más bien, una cala, y de arena muy oscura, casi negra. Encontramos un hueco entre toalla y toalla, y al agua. Ese momento lo disfrutamos como enanos, y es que un baño en el mar... se agradece.

Mirando el reloj, decidimos abandonar el tiempo de baño y visitar todos los rincones de Amalfi. Primero nos dirigimos al espigón, y allí... unas vistas de impresión. Aquello parecía un lugar mágico. Luego más tarde nos metimos en la marabunta de turistas y ver un poco el pueblo de Amalfi. Multitud de casas encaladas en blanco, todo muy limpio, calle empedradas, tiendecillas artesanas, mercadillos, terrazas donde comer, heladerías, etc. Me recordaba un poco a un típico pueblo menorquín, pero con más gente.

La diferencia estaba en el entorno y en la maravillosa Catedral o Duomo de Amalfi construida sobre la ladera del acantilado y la que teníamos que acceder a través de una larga escalera. Nos decidimos a entrar pero... había que pagar. ¿No habíamos visto ya suficientes catedrales en Roma como para tener que pagar en ésta? Así que con pensamiento ahorrador nos dimos la vuelta y disfrutamos del pueblo. Comimos de manera rápida en un establecimiento de pizza al taglio y disfrutamos de un helado en un banco de una plaza con "Funiculi Funicula" de fondo. Después de un ratito relajado, compramos Limoncello para la familia y volvimos al autobús, vuelta para Salerno en busca de nuestro próximo destino.
Un día corto, pero necesario para relajarnos después de tanto "tute".
Y ahora.. algún consejo:
- Si disponéis de algún día más os aconsejo visitar también Ravello y Positano, como ejemplo de los lugares más bonitos de la costa Amalfitana, como también la isla de Capri. Sorrento lo tachan de eminentemente turístico, pero no me importaría visitarlo también.

- Si vais en coche, mucha precaución, por lo peligroso de la carretera y el conducir de los italianos. Si preferís ir en autobús, existe la compañía SITA bus, con la cual os podréis mover por toda la costa. Los tickets a comprar son éstos.

- Cuidado con los bolsos, mochilas, etc, sobre todo si vas a la playa. Donde hay turistas hay carteristas, así que un poco de precaución.

- Para coger los autobuses de vuelta preguntad con insistencia, porque las paradas de autobús son un poco caos. Hay gente de información cerca de las mismas.

- Si queréis más información de Amalfi y su costa, no os perdáis la siguiente entrada.

Para la siguiente, dejamos el Sur de Italia y viajamos al Norte. Un cambio considerable, en todo. Hasta la próxima.

Siguiente Parada: Salerno-Roma-Pisa
Parada anterior: Pompeia-Pompei

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Tercera parada: Pompeya - Pompei

Un nuevo día en nuestro Interrail, madrugando para no variar, y recogiendo todo para retomar nuestro camino. Desayuno rápido, últimas dudas a nuestra recepcionista del hostal y en marcha. Nuestro destino, las ruinas arqueológicas de Pompei.
Con los bultos en la espalda llegamos a la estación, y sorteando los últimos "vendedores" ambulantes, nos montamos en el tren. Un tren especial, el llamado Circumvesubiano y de cuyo nombre se puede obviar el trayecto del mismo.
Después de media hora larga de viaje, y de soportar los griteríos de unos jovenzanos durante el viaje, llegamos a Pompei - Scavi - Villa Misteri. Y siguiendo el dicho de Vicente va donde va la gente, encontramos la entrada de las ruinas de Pompeya.


Con las entradas y una audioguía en mano, accedemos al interior. Ya a primera vista, aquello era diferente de cualquier ruina romana, todo era a lo grande, y el grado de conservación era increíble. Pero todavía no eramos conscientes de los que nos esperaba en cada rincón de la ciudad.

Nuestra visita comenzó en el foro de la ciudad, donde se aglutinaban la mayoría de edificios públicos y religiosos de la ciudad. Una inmensa plaza con el imponente Vesubio de fondo. Una vez aquí, le damos ON a la audioguía y a empezar a conocer la historia de Pompeya. Como no recuerdo todo lo que decía, os enlazo con la omnipresente Wikipedia para conocer lo que aconteció en este pequeño lugar de la Campania italiana.

Una vez acabamos con la visita de todo el foro, proseguimos la visita y ya nos metemos en lo que es la ciudad, es decir, las casas, los establecimientos, restaurantes, etc. Y todo ésto es lo que más me llamó la atención. En mi vida he visto muchas ruinas romanas, construcciones que han aguantado el devenir de los años, pero casas y palacios de la gente nunca aguantaron. Y ahora tenía la oportunidad de vivir aquello, una verdadera ciudad romana.

Todas las calles perfectamente pavimentadas, hasta con paso de cebra para cuando llovía. Todas las casas se disponían a lo largo de las calles, en perfecto orden, y donde se podía intuir cada una de las habitaciones. Eso si, cada una acorde al patrimonio del dueño.

Había casas chiquititas, con poco más de 2 habitaciones, pero también las había gigantescas como palacios, exageradamente grandes, con su patio de entrada, su fuente, su cocina, jardín, habitaciones del servicio, de invitados. Algo sorprendente.

Pero lo que más me llamó la atención fueron las pinturas. Y es que gracias a que quedó sepultada, se pueden admirar las pinturas, los colores con los que decoraban casas, auténticas obras de arte de 2000 años de antigüedad. Incluso por las calles existían "graffitis" e inscripciones varias.

También nos llamo la atención la cantidad de lugares públicos, tales como tiendas de comida rápida, donde existían vasijas con diferente alimentos, como aceitunas, vino, etc. También había multitud de panaderías, con sus molinos de harina y su horno para hacer el pan. Y como no... los prostíbulos abundaban por doquier.

Es más, el edificio con mayor fila a la entrada era uno de los prostíbulos de la ciudad, llamado Lupanae. Era un edificio estrecho, de dos plantas, con varias habitaciones con lechos de piedra y aseos para las mujeres y sus clientes. Pero claro... uno puede pensar, ¿cómo saben los arqueólogos que dicho edificio era un prostíbulo?
Pues muy fácil, y es que al igual que se conservaban pinturas por toda Pompeya, en cada habitación había representaciones de posturas sexuales, pienso que para inspirar a los clientes del lugar. Algo muy curioso.

Pero de los lugares más famosos de Pompeya, dos de ellos, La Casa del Fauno y La Villa del Misterio se llevan la palma.

El primero de los lugares era un palacio enorme, en cuya entrada nos da la bienvenida un pequeño fauno, de ahí su nombre, y donde se encontraron multitud de pinturas y mosaicos. El que veis en la foto es una parte del Mosaico de Issos, una representación de una batalla formada por alrededor de un millón de teselas. Una obra que tuvo que ser realmente laboriosa.

Y el segundo de los lugares es un villa en las afueras de Pompeya, muy cerca. Su dueño no se sabe quién es, pero la casa es... para perderse (literalmente). Este lugar es famoso por la conservación de todo el interior, ya que quedo completamente sepultada desde el techo, y que alberga, además de multitud de mosaicos en diferentes habitaciones, una habitación que en sí se puede definir como una obra de arte. No saben la autoría del pintor y de ahí que daran el nombre de Villa del Misterio.

Siguiendo la visita, pudimos distinguir otros muchos lugares, típicos de una verdadera ciudad romana, como son: su larga muralla de defensa, la necrópolis, dos teatros (comedia y drama), un anfiteatro, el gimnasio de los gladiadores, etc. Puedes ver cosas hasta aburrir.
Y es que visitar Pompeya es una oportunidad única de estar en una ciudad romana, con todo, aunque triste por no albergar un alma, pero ahí ya nuestra imaginación puede jugar un papel importante.


La visita creo que fue de 10h a 17h. Siete horas para ver toda Pompeya es una paliza, así que recomiendo que si se dispone de tiempo, háganlo pausadamente. Pero que sepan que en un día se puede.
Ya una vez fuera, directos a la estación para tomar nuestro tren a Salerno, y disfrutar de la final del mundial.

Y para acabar, como siempre, algunos consejos:

- Si os hospedáis en Nápoles y queréis visitar Pompeya, acercaros a un estanco y comprar un billete llamado Unico Campania Fascia 3.
Os permitirá coger un autobús a la estación de Nápoles y una vez allí, coger el Circumvesubiana dirección Sorrento, para luego bajaros en Pompei-Scavi Villa Misteri. El precio del billete son 2,4€.
Y.. no recomiendo colaros porque nos revisaron 4 veces el billete del hostal a la estación.

- Al igual que en Roma, en Pompei cogeros un único audoguía para los dos y usad un dispositivo para conectar dos auriculares en uno como éste. Ah y no olvidéis los auriculares!!!

- Hay multitud de fuentes en Pompeya, pero no está de más que llevéis una botella, ya que no hay muchos lugares de sombra donde cobijarse.

- Las ruinas de Pompeya disponen de consigna, además es gratuita y se encuentra en la entrada del complejo.

- Si disponéis de más días, visitad el museo arqueológico de Napoles, ya que el 90% de piezas encontradas en Pompeya se encuentran allí. El audioguía os lo recordará, no os preocupéis.

- Si no tenéis mucho tiempo, os recomiendo visitar Herculano, es como Pompeya, es más pequeño y se encuentra más cerca de Nápoles. No he tenido la suerte de verlo con mis ojos pero espero volver algún día.

- El precio de la entrada completa es de 11€ para adultos y 5,5€ la reducida (audioguía no incluido). Aunque existen más modalidades de entrada. Con la entrada os darán un buen mapa para no perderos en Pompeya.

- Antes de irme alejarme del Vesubio, hay excursiones al famoso volcán que merecen la pena.
Y con ésto abandonamos Pompeya, lugar obligado para los amantes de lo romano, para dirigirnos a Salerno y la costa Amalfitana.

Siguiente Parada: Costa Amalfitana - Amalfi
Parada anterior: Napoles