A mí, particularmente, me gusta el otoño. Es una estación diferente. Parece que la vida se apaga cuando ves a los arboles llenos de hojas muertas, pero por otro lado... salen los frutos.
Y es que, según mis conocimientos en jardinería, las plantas guardan toda su energía en los frutos, pasando totalmente por el cuidado de las hojas, ya que no les sirven de mucho con tan poco Sol.
Por lo que en otoño, todo esta lleno de frutos de todo tipo que nos regala la naturaleza. Castañas, avellanas, almendras, setas, moras, uva, etc.
Y ahora más que nunca, al mal tiempo, buena cara, y a disfrutar del otoño, de los colores de los arboles y del gustirrinín que te da cuando un poco de Sol te calienta unos segundos hasta que llegue la próxima nube.
Y yo todo ésto lo voy a disfrutar, porque este puente de Todos los Santos (no me va Halloween), lo pasare en Andorra. Espero que allí sea tan bonito el otoño como en el Pirineo Aragonés. Así que ya sabréis un tema futuro del blog.
También os pienso hablar en próximas entradas, de mi experiencia en el circo, algo que viviré esta tarde, y que hace muchos años que ni lo recuerdo. Os explicaré como ve alguien el circo cuando la única vez que lo vio fue de niño. Y todo gracias a mi gran amigo chirimoyero Víctor, que me consiguió las entradas.
Así que ya, me despido hasta pronto, y que paséis un buen puente, para aquellos que puedan disfrutarlo.