He pensado ir poco a poco, día a día, para no cansar al personal. Así que ahí mi primera entrega. Espero que os guste, y os sirva, claro.
Todo comenzó el 6 de julio, cuando desde Zaragoza, una calurosa tarde a las 19h, el viaje comenzaba para un servidor y para mi inseparable compañera de viaje. Por delante nos quedaban 15 días de nuevos lugares, momentos inolvidables, y un montón de historias que seguro, habrá que contar a los nietos cuando llegue el momento.
Ahora... vamos al meollo. A las 21h llegamos al aeropuerto de Ciampino (Roma) , después de hora y media de vuelo cortesía de Ryanair.
Alli, fuimos a lo fácil, comprar un ticket en el mismo aeropuerto, para que un autobús (Terravisión) que fletaba la misma compañía aérea nos enlazara con la estación central de Roma, Termini.
Una vez en la estación, lo primero fue encontrar nuestro hotel y dejar nuestros bártulos en él. Cogimos un de cientos de hoteles que hay alrededor de la estación.
Una vez en el hotel, como aun no era muy tarde, decidimos dar un paseo de noche por Roma. Probamos a llegar al Coliseo, cosa que conseguimos, y nos quedamos... impresionados.
La única pega que le pongo es la pobre luz que lo ilumina, pero eso ya es cuestión de gustos.
Y visitarlo por la noche... es de los mejores momentos para hacerse una foto junto al eterno monumento. No hay gente, y quedan muy bien. Eso sí, imprescindible trípode.
Una vez de vuelta al hotel, un sueñecito, coger fuerzas, y a "patear Roma".
Para el primer día decidimos primero visitar el Vaticano, lo que conlleva subir a la Cúpula de San Pedro, visitar la Catedral, dar un paseo por la plaza entre la impresionante columnata de Bernini, y visitar los museos Vaticanos.
Nos os olvidéis de admirar las más famosas joyas del Vaticano como son "La piedad" y la "Capilla Sixtina" de Miguel Angel, el baldaquino de Bernini, "La escuela de Platón" de Rafael, o el "Laocoonte y sus hijos", entre lo muchísimo que hay que ver en el Vaticano.
Una vez visitado el Vaticano, donde una visita rápida como la nuestra puede completarse en una mañana, nos dirigimos al centro de Roma, además de para dar un bocado, para ver los numerosos lugares representativos de ésta zona, como son, la Piazza Navona con sus impresionantes fuentes de Bernini y su especial ambiente de terraza, o la Fontana de Trevi, lugar mágico donde los haya en Roma, tan mágico como abarrotado de gente, pero recomendable de visitar.
Y no olvidarse del Panteón, un lugar increíble, a medio camino entre Piazza Navona y La Fontana de Trevi, que cuando uno entra en el y observa la enorme cúpula que lo cobija, se queda asombrado de como una construcción así de bella pudo ser construida hace 2000 años y seguir en tan buen estado.
Pero si algo del Panteón es especial, es el enorme agujero de 9 metros de diámetro que corona la cúpula, y que tiene que ser un espectáculo visitarlo en un día de lluvia viendo como una columna de agua se pierde en el suelo del centro del edificio.
Después de ésto, nos alejamos un poco del centro para visitar la Piazza Spagna, o Plaza España, para entendernos. Su famosa escalinata congrega a cientos de turistas que descansan sentados en la longuísima consecución de escalones, y es que Roma es muy cansada de andar debido a que Roma esta construida entre 7 colinas, es una verdadera montaña rusa visitar a pie la ciudad. De Plaza España fuimos a dar un paseo por Villa Borghese, uno de los parques más grande de la ciudad, y que alberga la Galleria Borghese, que no pudimos visitar. Desde allí bajamos a la popular, nunca mejor dicho, Piazza del Popolo, una enorme plaza rodeada de grandes esculturas y con una fuente en medio. Un buen lugar para descansar un rato. Y ya una vez descansados... ultimo aliento y al hotel a descansar.
Consejos para visitar Roma:
Si se me olvida algo que veis útil para futuros visitantes de la "ciudad eterna", os agradeceré que me lo comentéis. Me despido aquí y seguiré en mi segundo día de Roma. Hasta la próxima!!!
Siguiente Parada: Roma (II)
Ahora... vamos al meollo. A las 21h llegamos al aeropuerto de Ciampino (Roma) , después de hora y media de vuelo cortesía de Ryanair.
Alli, fuimos a lo fácil, comprar un ticket en el mismo aeropuerto, para que un autobús (Terravisión) que fletaba la misma compañía aérea nos enlazara con la estación central de Roma, Termini.
Una vez en la estación, lo primero fue encontrar nuestro hotel y dejar nuestros bártulos en él. Cogimos un de cientos de hoteles que hay alrededor de la estación.
- Ventajas: bien comunicado con el centro, precios más que asequibles y cercanía con la estación.
- Desventajas: la zona un poco... "peligrosa" como cualquier ciudad europea donde solo hay que llevar el mínimo de atención, y la lejanía a pie del centro de Roma.
Una vez en el hotel, como aun no era muy tarde, decidimos dar un paseo de noche por Roma. Probamos a llegar al Coliseo, cosa que conseguimos, y nos quedamos... impresionados.
La única pega que le pongo es la pobre luz que lo ilumina, pero eso ya es cuestión de gustos.
Y visitarlo por la noche... es de los mejores momentos para hacerse una foto junto al eterno monumento. No hay gente, y quedan muy bien. Eso sí, imprescindible trípode.
Una vez de vuelta al hotel, un sueñecito, coger fuerzas, y a "patear Roma".
Para el primer día decidimos primero visitar el Vaticano, lo que conlleva subir a la Cúpula de San Pedro, visitar la Catedral, dar un paseo por la plaza entre la impresionante columnata de Bernini, y visitar los museos Vaticanos.
Nos os olvidéis de admirar las más famosas joyas del Vaticano como son "La piedad" y la "Capilla Sixtina" de Miguel Angel, el baldaquino de Bernini, "La escuela de Platón" de Rafael, o el "Laocoonte y sus hijos", entre lo muchísimo que hay que ver en el Vaticano.
Una vez visitado el Vaticano, donde una visita rápida como la nuestra puede completarse en una mañana, nos dirigimos al centro de Roma, además de para dar un bocado, para ver los numerosos lugares representativos de ésta zona, como son, la Piazza Navona con sus impresionantes fuentes de Bernini y su especial ambiente de terraza, o la Fontana de Trevi, lugar mágico donde los haya en Roma, tan mágico como abarrotado de gente, pero recomendable de visitar.
Y no olvidarse del Panteón, un lugar increíble, a medio camino entre Piazza Navona y La Fontana de Trevi, que cuando uno entra en el y observa la enorme cúpula que lo cobija, se queda asombrado de como una construcción así de bella pudo ser construida hace 2000 años y seguir en tan buen estado.
Pero si algo del Panteón es especial, es el enorme agujero de 9 metros de diámetro que corona la cúpula, y que tiene que ser un espectáculo visitarlo en un día de lluvia viendo como una columna de agua se pierde en el suelo del centro del edificio.
Después de ésto, nos alejamos un poco del centro para visitar la Piazza Spagna, o Plaza España, para entendernos. Su famosa escalinata congrega a cientos de turistas que descansan sentados en la longuísima consecución de escalones, y es que Roma es muy cansada de andar debido a que Roma esta construida entre 7 colinas, es una verdadera montaña rusa visitar a pie la ciudad. De Plaza España fuimos a dar un paseo por Villa Borghese, uno de los parques más grande de la ciudad, y que alberga la Galleria Borghese, que no pudimos visitar. Desde allí bajamos a la popular, nunca mejor dicho, Piazza del Popolo, una enorme plaza rodeada de grandes esculturas y con una fuente en medio. Un buen lugar para descansar un rato. Y ya una vez descansados... ultimo aliento y al hotel a descansar.
Consejos para visitar Roma:
Madrugar un poquito y visitar la cúpula y la catedral, ya que la mayoría de gente madruga para ir a ver los museos vaticanos. Una vez hecho ésto, acudir a los museos vaticanos que se encuentran siguiendo la muralla del Vaticano. Si vais sobre las 11 o 12, no encontraréis mucha fila. Nosotros no tuvimos que hacer nada de fila, ni en la subida a la cúpula, ni en la entrada a los museos. Y si hay fila, lo mejor que podéis hacer es compraros un helado en esta heladería y esperar bien fresquitos. Los mejores helados que he probado en toda Italia, y muy bien de precio.
Existe una tarjeta para turistas, la Roma Pass y cuesta 25€. La página oficial la tenéis aquí, donde podréis ver sus ventajas. Antes de nada, os propondría que estudiarais si os sale rentable contratarla.
Otro tema es la indumentaria para entrar en las iglesias de Roma. No se pueden enseñar ni hombros, ni ombligo, ni muslos, así que arreglároslas para que no os digan nada. Una buena solución es llevar un pañuelo a mano, os será muy útil llegado el momento.
En cuanto a baños, en Roma brillan por su ausencia, y si los hay, son de pago. Así que un bueno lugar para ello son el montón de McDonalds que se reparten la Roma, además están bastante limpios. Uno famoso, y concurrido, se encuentra en frente del Panteón.
Para comer en Roma, hay multitud de lugares donde poder comer, pero si lo queréis hacer de forma rápida y típica, una buena opción es alimentarse de Pizza al Taglio, o pizza al peso. Son deliciosas y cuestan depende del tamaño de pizza que escojas. Uno que os recomiendo se encuentra en el lado izquierdo del Panteón si lo miras de frente. Simplemente delicioso.
A parte, tenéis un montón de carritos de comida y refrescos por toda la ciudad.
Si se me olvida algo que veis útil para futuros visitantes de la "ciudad eterna", os agradeceré que me lo comentéis. Me despido aquí y seguiré en mi segundo día de Roma. Hasta la próxima!!!
Siguiente Parada: Roma (II)
0 comentarios:
Publicar un comentario