Después de disfrutar de la costa Amalfitana, nos tocaba volver a Salerno para coger el tren y con los bártulos cargados, allá fuimos. Por delante nos esperaba una jornada realmente dura, y es que no nos íbamos a alojar esa noche en ningún sitio, únicamente en el tren de viaje.
El primer trayecto fue de Salerno a Roma Termini, tres horas de tren de poco dormir, la verdad.
Una vez llegamos a Roma, lugar de escala, cenar y proseguir el viaje. Tres horas más de viaje, esta vez incomodísimo, hasta llegar a Pisa.
El tren iba con retraso y al final llegamos a las 4 de la mañana del día siguiente. Sin dormir y con la espalda cargada, pretendíamos visitar Pisa, y así lo hicimos. A primera vista, viendo la estación y los alrededores a esas horas, nos pareció de lo más normalita.
Desgraciadamente, a las 4 de la mañana, la consigna estaba cerrada, y no había información de la ciudad por ningún lado, así que cargados como mulas y con un mapa sacado de la web nos pusimos a andar. Nuestro destino era la Piazza dei Miracoli y descansar contemplando el Duomo, el Baptisterio, y la archifamosa Torre Campanario de Pisa.
Pero de camino aprovechamos para dar un poco de vuelta y ver pequeñas joyas que tiene la ciudad. Entre ellas el mural del artista Keith Haring y la pequeña iglesia de Santa María della Spina colindando con el río Arno, río que más tarde nos llevará a Florencia.
Sobre las 5 de la madrugada llegamos a la célebre Piazza dei Miracoli, donde se podían distinguir en la oscuridad sus famosos edificios. No había un alma, solamente un coche con dos vigilantes en su interior, pienso que por si acaso pasa algo.
A medida que empezaba a clarear el cielo... la estampa era cada vez más hermosa. Pena de los andamios de la Torre de Pisa, que mala suerte tuvimos, pero bueno... estábamos un poco hechos a los andamios, viéndolos anteriormente en el Panteón de Roma. No estuvo mal para ser nuestro único amanecer de Interrail.
El primer trayecto fue de Salerno a Roma Termini, tres horas de tren de poco dormir, la verdad.
Una vez llegamos a Roma, lugar de escala, cenar y proseguir el viaje. Tres horas más de viaje, esta vez incomodísimo, hasta llegar a Pisa.
El tren iba con retraso y al final llegamos a las 4 de la mañana del día siguiente. Sin dormir y con la espalda cargada, pretendíamos visitar Pisa, y así lo hicimos. A primera vista, viendo la estación y los alrededores a esas horas, nos pareció de lo más normalita.
Desgraciadamente, a las 4 de la mañana, la consigna estaba cerrada, y no había información de la ciudad por ningún lado, así que cargados como mulas y con un mapa sacado de la web nos pusimos a andar. Nuestro destino era la Piazza dei Miracoli y descansar contemplando el Duomo, el Baptisterio, y la archifamosa Torre Campanario de Pisa.
Pero de camino aprovechamos para dar un poco de vuelta y ver pequeñas joyas que tiene la ciudad. Entre ellas el mural del artista Keith Haring y la pequeña iglesia de Santa María della Spina colindando con el río Arno, río que más tarde nos llevará a Florencia.
Sobre las 5 de la madrugada llegamos a la célebre Piazza dei Miracoli, donde se podían distinguir en la oscuridad sus famosos edificios. No había un alma, solamente un coche con dos vigilantes en su interior, pienso que por si acaso pasa algo.
A medida que empezaba a clarear el cielo... la estampa era cada vez más hermosa. Pena de los andamios de la Torre de Pisa, que mala suerte tuvimos, pero bueno... estábamos un poco hechos a los andamios, viéndolos anteriormente en el Panteón de Roma. No estuvo mal para ser nuestro único amanecer de Interrail.
Aprovechando que no había un alma en la plaza y que nuestro cansancio era más que notable, con nuestra mochila de almohada y una toalla como manta, nos echamos un rato al suelo y dormimos un rato.
Cuando despertamos, inconscientes de la hora, ya empezaban a asomar los primeros turistas. Serían a eso de las 7 de la mañana. Nosotros un poco más despejados, recorrimos toda la Piazza, y con más ganas de dormir que ver cosas, nos pusimos en marcha hacia la estación y poder llegar lo antes posible a Florencia, nuestra siguiente parada.
Cuando despertamos, inconscientes de la hora, ya empezaban a asomar los primeros turistas. Serían a eso de las 7 de la mañana. Nosotros un poco más despejados, recorrimos toda la Piazza, y con más ganas de dormir que ver cosas, nos pusimos en marcha hacia la estación y poder llegar lo antes posible a Florencia, nuestra siguiente parada.
Para resumir, describiría Pisa como una ciudad recomendable de visitar, parece pequeña pero no lo es tanto. Todas sus calles y edificios están muy bien conservados y el paseo por las orillas del Arno es precioso. Algo que me llama la atención, no solo de Pisa, si no de las ciudades italianas, es la escasez de espacios verdes. Pero bueno, Pisa es otra de las ciudades a la que me encantaría volver, pero con tiempo y sin sueño.
Y ahora, unos consejos que os vendrán bien.
- Si vais de Interrail y tenéis un trayecto asegurado, si es muy largo os recomiendo que reservéis asiento. En las web de las compañías ferroviarias de Europa, aparece una opción de tarifa Interrail, y será un pequeño suplemento, pero que os puede venir muy bien, ya que si vas en el tren sin reserva, y encima es nocturno, te va a tocar dormir en el suelo, y eso no es bueno. Ya si elegís asientos de ventanilla...podréis disfrutar de un viaje sin que nadie te moleste, ya que los trenes suelen ir llenos y la gente es muy inquieta.Breve parada de nuestro viaje, un aperitivo para lo que nos esperaba en Florencia. Hasta pronto.
- Tened en cuenta llevar siempre agua encima, ya que en los trenes hay para vaciar, pero no para llenar. Os podéis quedar secos a 2 horas de viaje del destino.
- Y recordad, las estaciones en Italia no son como en España. En Italia son de libre tránsito, pero si vais a subir a un tren, no os olvidéis de "picar" el billete, o ... en caso de que os pillen dar mucha pena al revisor :). No suelen ser muy malos, pero por si acaso.
2 comentarios:
Otro consejo que ampliaría yo sería, intentar coger los asientos reservados en el lado de la ventana, así si alguien entra o sale de la habitación, no te molesta y así tampoco hay que aguantar el jaleo del pasillo...
Buen consejo compañera ;) La verdad que nos habría venido muy bien en este viaje, pero... tu recuerdas que pudieramos elegir asiento? Es que creo que nos lo dieron aleatorio. Bueno... que si se puede que elijan ventanillas, eso es clarísimo :) Gracias por el apunte, lo incluyo
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